📣 New Podcast | Tokisha y el síntoma de la indecencia
Tokisha se convertía en la reina del común, modelo servido en las redes como estímulo a las inconductas que la sociedad hipócrita dice combatir.
Hace un tiempo la sociedad dominicana pulverizó la trayectoria artística de una pobre muchacha que se topó con un kilo de sustancia, presumiblemente heroína, en su camino. Después de purgar cárcel y ser señalada por la horda como la nueva “bruja de Salem”, se salva de la hoguera, se “regenera” y comienza a recoger los retazos de su carrera consiguiendo una que otra presentación. Como siempre, apresada la “chiva expiatoria”, nunca supimos nada sobre los dueños de la sustancia.
En contraste, esa misma sociedad dispara al estrellato a una niña prostituida a muy temprana edad (según sus propias palabras) que no se educó con sus padres, que habla abiertamente sobre sus perversiones sexuales y consumo de drogas, exponiendo su herida narcisista de forma procaz, tanto en el lenguaje oral como en la gestualidad. Una es Martha Heredia la otra, Tokisha.
En el año 2016, mientras el Ministerio de la Juventud le otorgaba el premio “Juan Pablo Duarte” a Mozart Lapara, una joven, Yanillis Pérez, ganaba el Festival Internacional de Cine Toronto. Pasamos del espectáculo a la exhibición de la herida.
Armando Almánzar Botello, filósofo y psicoanalista dominicano, se refiere con frecuencia al “striptease” de la herida. Barenger (1991), citado por Eduardo Braier, se refiere por su lado a la herida narcisista como todo evento que ha “disminuido la autoestima del Yo”. El autor insiste en que ese evento traumático estaría marcado por una relación dañada con objetos afectivos valiosos.
No es mi interés en estas notas, poner etiquetas pseudo-diagnósticas a sujeto que no ha sido mi paciente, como es el uso en determinados medios y por determinados expertos. La mirada diagnóstica, si la hubiera, sería a la sociedad actual.
Comparo, estas dos figuras públicas recientes, del mismo género, en condiciones sociales similares. Una castigada y la otra representando “dignamente” a la juventud dominicana en los Billboard Music Awards, como síntomas de una sociedad enferma.