Exploramos la profunda conexión entre el olfato canino y el cerebro, destacando cómo el aroma de un humano familiar activa la región de recompensa en el cerebro de los perros, conocida como el caudado. Se sugiere que esta activación va más allá de una simple respuesta condicionada a la comida, implicando una asociación positiva y la formación de representaciones mentales de sus cuidadores. El artículo enfatiza la importancia del olfato como el sentido dominante para los perros, influyendo en su estado emocional, comportamiento y comprensión del mundo. Además, ofrece consejos prácticos para mejorar la relación con los perros a través de la estimulación olfativa, la creación de entornos confortables y la comprensión de su mundo durante los paseos. Finalmente, se menciona que el entrenamiento puede perfeccionar las habilidades olfativas de los perros para diversas aplicaciones.
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