Heridas de la Infancia

Practicar el don de la gratitud nos permitirá cambiar el enfoque de nuestros pensamientos de tristeza, aislamiento y desánimo por un pensamiento centrado en las cosas buenas y las bendiciones que realmente tenemos a nuestro alrededor. La gratitud es la llave para dejar de vivir una vida estresada y sin sabor, porque nos permite conectarnos a la alegría de estar vivos, de contar con una familias con personas que nos rodean y nos aman. Las personas agradecidas desarrollan la capacidad de hacer frente a la adversidad con optimismo y abrazan el presente con todos los altibajos que pueda presentar porque entienden en sus mentes y corazones que es parte de la vida y que en cada circunstancia pueden crecer y desarrollar nuevas virtudes. Las personas agradecidas se aferran a la esperanza y esto impacta en su sistema inmunem en los niveles de ansiedad y estrés, porque una mente optimista genera neurquímicos como la dopamina, la ocitocina y la serotonina, brindando un mayor bienestar. 

El 2020 se convirtió en el año en el que el mundo entero enfrentó situaciones de cambio y crisis sin precedentes, la pandemia de Covid-19, las cuarentenas decretadas en la mayoría de países a nivel global, el estallido de  crisis sociales, económicas, ambientales y el inicio de una “nueva normalidad” ha significado para miles de personas alrededor del mundo en un impacto emocional y psicológico que ha deteriorado la salud mental. Se ha definido que las situaciones sociales pueden provocar altos niveles de estrés, que a su vez, afectan la salud, la calidad de vida y la longevidad (Cockerham, 2001). El estrés es la nueva pandemia que estamos enfrentando y debemos tomar acción a fin de preservar nuestra salud física, emocional y mental.  ¿Crees que eres vícitma de este enfermedad? ¿Deseas aprender a sanar del estrés? Nos encantaría escuchar tu historia y ayudarte en tu recorrido para sanar del estrés!

Aprender a manejar el estrés es empezar a entender cómo funciona nuestro cuerpo a nivel físico y emocional pero también es analizar y cuestionar cómo lo estamos nutriendo desde la alimentación física, mental y emocional.  Debemos ser conscientes de la relación que existe entre el pensamiento, los sentimientos y las actitudes. En la medida que cambiamos nuestra forma de pensar y la forma en la que nutrimos nuestros pensamientos también cambiará nuestra forma de sentir y actuar frente a las adversidades de la vida. 

Muchas veces nos frustramos, cuestionamos o quejamos por las situaciones difíciles que llegan a nuestra vida, sin darnos cuenta que son precisamente esas circunstancias las que pueden acercarnos hacia aquellos sueños que tanto hemos anhelado.  Ver la vida desde la perspectiva negativa y caótica es fácil pero si nos permitimos tener un cambio de visión descubriremos que en medio de lo que nos duele, de la pérdida o de la desesperanza existe la oportunidad de florecer y de encontrarnos precisamente con aquello que hemos buscado por tanto tiempo. 

¿Estás consiente de las heridas de tu niño interior? Todos tenemos un niño interior, ese pequeño que quizá recibió alguna herida en la infancia y que ha quedado generando estragos en la adultez, marcas que nos pasan factura en nuestras relaciones, en las creencias que tenemos respecto al mundo que nos rodea y sobre todo afirmaciones respecto a nosotros mismos.  Las heridas de la infancia que no son tratadas  se profundizan en el tiempo y pueden generar una infelicidad continua aún cuando podamos tener todo a nuestro favor, porque es ese niño interior que necesita ser sanado del dolor o el sufrimiento no tratado.  ¿Crees que tienes alguna herida de infancia? No pierdas más el tiempo y busca ayuda para sanar!

Debemos aprender a identificar nuestros dolores emocionales, reconocerlos y abandonar la idea de sentirnos solos navegando contra las emociones y frustraciones que podamos experimentar, reconociendo que muchas personas, sobre todo después de la pandemia de 2020 se encuentran lidiando con esas mismas emociones. En la medida que reconocemos nuestra necesidad de ayuda y que empezamos a vernos reflejados en las batallas y luchas de otros, podremos encontrar consuelo y motivación al saber que hay muchos que están tomando acción y transformando su dolor en "fuerza" para continuar adelante. 

El ego es situarme yo al centro de centro… lo que me pasa, me duele, me enoja, me sucede a mí, excluyendo lo que el resto de personas pueda sentir. Si una persona está relacionándose desde su ego, el mundo es solo el que ve y no hay lugar para otras formas de comprenderlo. Eso implica que se cree aunque no lo asuma,) el centro del mundo, alrededor del cual todo debe girar. No poder ponerse en el lugar del otro, no escuchar, intentar que piense o sienta como esa persona cree que "es lo correcto", no tener en cuenta o respetar sus diferencias y no poder escuchar el sentir del otro e invalidar su punto de vista porque no coincide con el propio.

El ego es situarme yo al centro de centro… lo que me pasa, me duele, me enoja, me sucede a mí, excluyendo lo que el resto de personas pueda sentir. Si una persona está relacionándose desde su ego, el mundo es solo el que ve y no hay lugar para otras formas de comprenderlo. Eso implica que se cree aunque no lo asuma,) el centro del mundo, alrededor del cual todo debe girar. No poder ponerse en el lugar del otro, no escuchar, intentar que piense o sienta como esa persona cree que "es lo correcto", no tener en cuenta o respetar sus diferencias y no poder escuchar el sentir del otro e invalidar su punto de vista porque no coincide con el propio. 

El autoconocimiento es la llave para aprender a ser más felices porque nos permite cuestionarnos, entendernos y nos ayuda a aprender a gestionar nuestras emociones. En la medida que me detengo a meditar y a cuestionar qué es lo que estoy sintiendo, porque lo estoy sintiendo, y a tratar de canalizarlo de una mejor manera entonces aprendo a desarrollar una mejor inteligencia emocional.

Muchas veces pensamos que el dolor es malo por las implicaciones que este tiene en nuestra vida. Si hablamos del dolor a nivel de definición debemos entenderla como "una experiencia sensitiva y emocional desagradable, asociada a una lesión real o potencial". Pero OJO el dolor es una una señal inicial de advertencia de que algo no funciona bien en el organismo o que nos previene de un daño mayor, por ejemplo si yo pusiera tu mano sobre una flama de fuego que crees que haría? RETIRARLA porque el mecanismo de alerta de que la mano está en riesgo de quemarse se activa gracias a la sensación de dolor que se está experimentando. A nivel EMOCIONAL pasa exactamente lo mismo, el dolor es la señal de alerta que algo esta ocurriendo en nuestro interior, cuando alguien nos lastima, nos hace sentir mal, nos hiere, nos ultraja el mecanismo instintivo se activa para ALEJARSE, RETIRARSE O HUIR de eso que nos está causando dolor, pero muchas veces no podemos hacerlo y ahí es donde debemos PRESTAR ATENCIÓN SOBRE LO QUE ESTAMOS HACIENDO CON ESE DOLOR.