Un padre, un hacha y cinco ataúdes. La matanza de Zorita

Es domingo 12 de junio de 2005. Aún no ha salido el sol y la urbanización Los Olivos, en Càlig, un pueblo de apenas dos mil habitantes en el interior de Castellón, permanece en absoluta quietud. Las calles están vacías, solo se oye el leve rumor del viento entre los chalés adosados y, muy de vez en cuando el paso de un coche lejano por la carretera de Benicarló. Dentro de uno de esos chalés, dos jóvenes acaban de llegar a casa después de una noche que terminó de forma inesperada. La puerta principal queda entreabierta. En el salón, el silencio espeso olor a tabaco recién fumado se mezcla con el aire inmóvil del amanecer. Minutos después, una llamada de auxilio rompe la calma del pueblo. Lo que encuentran allí dentro no volverá a ser olvidado nunca en esta comarca. Esto es Crímenes que marcaron España. Hoy… 34.000 Euros. El Doble Asesinato de Càlig

En la Galicia rural de finales de los años ochenta, en una aldea llamada Surribas, perteneciente a la parroquia de Adá en el municipio de Chantada, provincia de Lugo, la vida transcurría con el ritmo pausado de las tareas agrícolas y ganaderas. Era un lugar de pocas familias, donde los vecinos se conocían de toda la vida y las preocupaciones giraban en torno a la tierra, el ganado y las herencias familiares. El 8 de marzo de 1989, un miércoles de finales de invierno, esa rutina se quebró de forma irrevocable. Lo que comenzó como un día cualquiera en una zona aislada de la Ribeira Sacra terminó convirtiéndose en el mayor crimen múltiple de la historia reciente de Galicia. Esto es… Crímenes que marcaron España. Hoy… La matanza de Chantada. El caso de Paulino Fernández

Villalón de Campos, un pequeño pueblo de Valladolid, se preparaba para celebrar sus fiestas patronales de San Juan y San Pedro en junio de 1992. Las calles se llenaban de vecinos, luces y música, mientras el aroma de la comida y el bullicio de la plaza Mayor creaban un ambiente de celebración. El 25 de junio, una niña de nueve años salió de su casa en la calle Real para unirse a la verbena con sus amigas. La noche transcurrió con los pasodobles de la orquesta, risas y conversaciones que llenaban cada rincón de la plaza. Sin embargo, alrededor de la una y media de la madrugada, dos testigos la vieron hablando con un hombre desconocido. Horas más tarde, no regresó a su hogar. Al amanecer del 26 de junio, la noticia de su ausencia recorrió rápidamente el pueblo. Las campanas sonaron con insistencia y la radio local difundió el aviso, movilizando a vecinos y autoridades en una búsqueda que nadie podría imaginar terminaría de manera tranquila. Esto es… Crímenes que marcaron España. Hoy… El crimen de la pequeña Olga Sangrador.

Es la mañana del 31 de mayo de 2025. En una pista forestal sin salida, oculta entre la vegetación de Caneda, en Campo Lameiro, dos senderistas se detienen ante un olor extraño. El humo ya no es visible, pero su rastro permanece en el aire, pesado y persistente. Nada en aquel lugar invita a pensar que vaya a ocurrir algo fuera de lo común, y sin embargo, lo que encuentran rompe por completo la rutina de una caminata habitual. La escena, silenciosa y apartada, pronto atraerá a los investigadores. Lo que allí aparece no encaja con un accidente ni con una casualidad. Apenas unas horas después, ese punto perdido en el monte comenzará a conectar con una historia que llevaba días inquietando a un municipio cercano. Esto es Crímenes que marcaron España. Hoy… El crimen de Campo Lameiro. El caso que estremeció a Galicia

Es la mañana del 21 de noviembre de 1990 en Zorita, un pequeño municipio de 1500 habitantes en el sureste de Cáceres. Las calles empedradas siguen envueltas en la niebla otoñal. En la plaza de abastos, el puesto de ultramarinos de un hombre de 59 años permanece cerrado. Nadie sabe todavía que, en el número 3 de la calle Casaduelas, el silencio de una casa se ha roto para siempre. Detrás de esas paredes, una familia marcada por la emigración, la enfermedad y la dependencia ha vivido un desenlace trágico. Cinco ataúdes acabarán alineados en el pequeño cementerio del pueblo, dejando una huella imborrable en la España rural de finales del siglo XX. Esto es Crímenes que marcaron España. Hoy… La matanza de Zorita: Un padre, un hacha y cinco ataúdes

Oviedo. Abril del 2022. Barrio de Vallobín. La primavera avanza con sol templado sobre bloques de hormigón y calles estrechas. Una adolescente de catorce años camina de regreso del instituto, mochila al hombro, por la acera de la calle Vázquez de Mella. Llega al número 69, un edificio de cuatro plantas construido en los setenta. Pulsa el portero automático. Desde el cuarto piso, su padre responde y abre la puerta. Ella entra. Sube las escaleras. Los minutos pasaban y ella no sube. Nunca pasó del primero. Esto es Crímenes que marcaron España. Hoy… 36 Puñaladas. El crimen de la pequeña Erika Yunga.

Un atardecer cualquiera en el paseo marítimo, bajo el sol que declina sobre el Atlántico, se convirtió en el preludio de un crimen que helaría la sangre de la ciudad. Dos amigos, unidos por la fe y los libros, caminaban. Se dirigían hacia un destino que nadie, ni siquiera ellos mismos, pudo haber imaginado. Poco después, la calma se rompió. Una nota de rescate apareció, arrojando una sombra de terror sobre la comunidad. Luego, la verdad se reveló con una brutalidad impensable. La historia de aquellos dos amigos, y de lo que ocurrió en aquel paseo junto al mar, estaba a punto de ser desvelada, una pesadilla que se había materializado bajo el cielo andaluz. Esto es, Crímenes que marcaron España. Hoy... El crimen del Descuartizador de Cádiz

12 de diciembre de 1986. Gijón vive una tarde fría bajo el cielo gris del Cantábrico. Las luces navideñas ya iluminan las calles y el tráfico acompaña la salida del colegio. Los niños regresan a casa pensando en el fin de semana. Pero para una familia del barrio de El Llano, ese día marca el inicio de una espera interminable. Una niña de once años no regresa a casa. Dieciséis días después, en las alturas heladas de la comarca leonesa de Laciana, un hallazgo fortuito en una casa abandonada revela una verdad devastadora. Rencor, secuestro, abuso y muerte, en un entramado del pasado. Esto es Crímenes que marcaron España. Hoy… 16 días de terror. Dos autopsias, una verdad. El crimen de la pequeña Celina.

León. primavera de 1975. La ciudad avanza hacia el final del día. En las afueras, en el barrio del Portillo, un bar restaurante modesto sigue funcionando cuando la mayoría ya ha bajado las persianas. Dentro, el reloj marca las once de la noche. Una discusión sube de tono en la trastienda. Voces elevadas, amenazas. Luego, un golpe seco. Silencio. Ese instante, casi inadvertido para los presentes, marcará el inicio de un caso que no sólo impactaría a la ciudad de León, sino que terminaría traspasando fronteras. Esto es Crímenes que marcaron España. Hoy… 7 Hachazos. Dos Bolsas.El crimen del Portillo. La descuartizadora de León

En la quietud de un pueblo ourensano, donde las casas de piedra se alinean junto a un camino empedrado, la noche del 10 de marzo de 2015 se rompió con un silencio que duraría años. Vilanova dos Infantes, un rincón de Celanova con apenas doscientos habitantes, guarda en su rectoral un secreto que aún hoy pesa sobre sus calles. Un sacerdote dedicado, conocido por su generosidad, vio interrumpida su rutina por una intrusión que lo cambió todo. Lo que empezó como una noche cualquiera en la casa parroquial derivó en un suceso que conmocionó a Galicia y dejó un vacío en una comunidad unida por la fe y la tradición. Esto es Crímenes que marcaron España. Hoy… 77 Golpes.Dos Sospechosos. El crimen del Sacerdote de Vilanova dos Infantes.