La masacre de la familia Lawson
Una noche fría de otoño, tras el atardecer, Fannie percibe que la pequeña Mary Lou comienza a quejarse. Los niños de la familia Lawson duermen plácidamente en sus camas de paja, abrigados por sus colchas. Fannie se levanta, cambia el pañal de su hija y luego se sienta en la mecedora frente a la chimenea, arrullándola suavemente para que se duerma. Mientras amamanta a Mary Lou, acaricia su frente y observa las llamas del fuego.
De repente, una ráfaga de aire frío llena la habitación cuando su marido entra con un montón de leña. La apila cerca de la chimenea y comienza a reorganizar los troncos quemados, asegurándose de que el fuego se mantenga durante la noche. Luego, agrega más leña a la pequeña estufa en la esquina, mientras Fannie sigue meciéndose suavemente y disfrutando del calor tan necesario en el otoño que predice uno de los inviernos más fríos y oscuros.
Una vez que Mary Lou está dormida, Fannie la coloca en su cuna, arropándola con una manta. Mientras la niña descansa, su madre se acomoda junto a la chimenea, disfrutando de esos momentos de tranquilidad. Sin embargo, la atmósfera cambia cuando Charles, arrodillado junto a ella, toma sus manos con fuerza y, con la voz quebrada, le dice a su esposa que tiene algo que contarle. Su rostro refleja una mezcla de angustia, y, aunque quiere decir algo, duda y vacila.
Aunque Fannie insiste en que le hable, Charlie finalmente, se levanta, mirando el fuego, y parece reconsiderar sus palabras, dejando en el aire una sensación de inquietud y tensión no resuelta.
El ambiente queda marcado por esa incertidumbre. La noche sigue su curso, pero algo queda en el aire, algo que no se dice, pero que es imposible ignorar.
🔎Análisis ➡️ Garrido, V., Pereira, J. R., Botella, M. P., Bernabeu, T., & Alepuz, A. (2013). HOMICIDAS MÚLTIPLES EN UN SOLO ACTO: ESTUDIO DE UN CASO.