Road Races, os respondo
El vídeo y podcast de “Road Races… o como matarse en moto” ha sido polémico y ha dado lugar a muchos comentarios. Era mi objetivo: Sensibilizar a los motoristas sobre la seguridad en moto. Muchos de estos comentarios me han parecido interesante compartirlos y responderlos.
Lo primero que quiero agradeceros es vuestra participación al comentar y dar vuestros argumentos, algunos a favor y algunos en contra. Lo segundo, la buena educación y el buen rollo, porque discrepar yo creo que es bueno, es como se aprende… si todos opinásemos lo mismo, pues “vaya aburrimiento”. Y además no progresaríamos nada.
Os cuento mi posición: Adoro las motos. Creo que conducir una moto es una de las actividades más gratificantes que hay. Estudios médicos confirman que nos mantiene jóvenes, porque tiene una mezcla de sensación de libertad, de ejercicio físico y de concentración casi únicas. Incluso son asequibles, hay motos muy interesantes a buen precio. Sólo hay un “pero”.
¿Y cuál es ese “pero”? La seguridad. Las motos son mucho más peligrosas que los coches y eso echa para atrás a mucha gente, que no solo se pierden las virtudes de la moto, sino que hacen que seamos minoritarios, no se nos tenga en cuenta y que le industria y el sector de la moto sea lo que es. Creo que en una cosa estamos todos de acuerdo: Cuantos más seamos, mejor.
Porque dar una imagen de motoristas responsables, que la inmensa mayoría lo somos, es primordial. Y carreras como las “Road Races” no colaboran precisamente a esa imagen de motoristas responsables.
Y vamos ya con los comentarios. Alguno apela al romanticismo y a la rebeldía de los pilotos que corren estas carreras. Mirad, cuando hay viudas y huérfanos que van a tener una vida peor porque su padre ha desaparecido, ¿dónde está el romanticismo? Por favor, seamos serios.
Hay un argumento que, no quiero molestar a nadie, pero me parece absurdo: Si los que han fallecido resucitasen lo volverían a hacer. ¿De verdad alguien se cree eso? Si a mí me enterrasen, que me incineraran y me esparcirán en algún circuito o una ruta, en mi lápida pondría: “Murió haciendo lo que más le gustaba: Vivir”.
Tener hijos o si los tienes verlos crecer, disfrutar de tu pareja, del sexo, de los viajes, del olor a hierba recién cortada, de una buena copa de vino en un atardecer a la orilla del mar, de un buen libro o de un buen video… y todo eso durante años… ¿de verdad alguien piensa que estos pilotos lo volverían hacer por un “chute” de adrenalina sabiendo que se mataban?
Yo no… pero es que resulta irrelevante. Porque ni tú ni yo ni nadie sabemos lo que harían lo que convierte al argumento, por indemostrable, en completamente irrelevante.
Otro argumento: “A nadie le ponen una pistola en el pecho” “Cada uno que haga lo que quiera con su vida”. Pues… no lo comparto. Nuestra vida y nuestra muerte, sobre todo si es pública tiene un impacto y un coste social. Cada vez que veo una noticia de una nueva muerte en una de estas carreras en los medios generalistas, veo que aprovechan a sacar motoristas haciendo locuras o caballitos y “echando mierda” al sector… por favor, no les demos herramientas para tirar por tierra nuestra afición.
Y hay más costes sociales relativos a la familia cuando lo hay. Que una persona casada y con hijos se mate, tiene un coste económico… ¿es lo de menos? Sin duda, para mí sí, pero hay que saberlo y tenerlo en cuenta.
No quiero dejar de lado los temas deportivos, porque algunos habláis de los pilotos de las Road Races como super pilotos… y de eso nada de nada. Siendo simplistas, el más rápido en esas carreras no es el que tiene más habilidad, sino el que tiene más huevos (pitido) para pasar a todo trapo junto a un bordillo o una farola.
A ver, una pregunta: ¿Cuántos pilotos de las Road Races destacan en Campeonatos de gran nivel? A ver déjame pensar… como decía un amigo mío, uno o ninguno. Son en su inmensa mayoría pilotos aficionados cuyo nivel está muy lejos del necesario para correr en Campeonatos de más enjundia. Esto no es una opinión, es un dato.
Vamos a dar la vuelta al calcetín: Las “Road Races” tenían sentido cuando no había circuitos… pero ahora hay y muchos. Y alguno me ha dicho: “Pero no hay circuitos en la Isla de Man”. O sea, que en la Isla se declaran aficionadísimos a las motos, pero en vez de hacer un circuito de verdad para que nos mueran pilotos como chinches, siguen haciendo carreras mortales. No lo entiendo.
Que tomen ejemplo de nuestro Jerez o Montmeló, porque antes de existir estos circuitos las carreras se hacían en las calles de Jerez o en Montjuic.
Siempre, pero SIEMPRE, SIEMPRE, estoy a favor de los pilotos, de los organizadores, de los usuarios, de los fabricantes, del sector… no tiremos la toalla, se puede mejorar la seguridad del motorista en la calle, en la carretera y en los circuitos y si hay que eliminar del calendario algunas de estas carreras, cambiarlas o suprimir el calendario entero para evitar más muertes, pues hagámoslo…
Por favor, no nos conformemos con la seguridad que tenemos y todos, insisto que todos, debemos colaborar a dar una imagen seria y responsable de los motoristas y el motociclismo.
¿Cuál es la solución? Circuitos “clásicos” motos “clásicas” y pilotos aficionados…Motos modernas, circuito modernos… así de fácil
